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La Confederación ConsumES, la Unión de Consumidores de Galicia, la Unión de Consumidores de Euskadi y la Unión de Consumidores de Cantabria se adhieren a la iniciativa al considerar que este tipo de productos no aportan información clara, inducen a error en el consumidor y su comercialización puede incurrir en competencia desleal.
La preocupación de las organizaciones que integran la cadena de valor de productos del mar en relación con el etiquetado engañoso en los productos plant-based, se extiende a las asociaciones de consumidores. Desde el sector, se ha logrado un consenso entre Unión Consumidores de Galicia (UCGAL), la Unión de Consumidores de Euskadi, la Unión de Consumidores de Cantabria y la Confederación ConsumES para adherirse al proyecto que integra a una veintena de organizaciones del sector “desde la perspectiva de que consideramos que estos productos no cumplen con la obligación de trasladar información clara al consumidor y son susceptibles de confundirles con relación al propio alimento, sus ingredientes y propiedades”.
Así lo ha manifestado el vicepresidente de ConsumES, Miguel López Crespo, quien aseguró que desde la confederación “nos preocupa también el daño que este tipo de productos pueden generar a nuestros productos del mar y la acuicultura, pero el consenso -para la adhesión de la confederación a la ofensiva planteada desde las organizaciones- se ha obtenido sobre la base de la deficiente información al consumidor y la necesidad de una regulación del etiquetado de los alimentos veganos y vegetarianos”.
Desde ConsumES también se ha dado traslado de la propuesta a la SAFE Food Advocacy Europe, la asociación europea de consumidores, con la intención de que se lleve a cabo una consulta a mayor nivel para conocer el parecer obre este tema del resto de los países europeos que la integran. De este modo, ante un eventual posicionamiento mayoritario a favor, el planteamiento pasaría por extender desde la perspectiva del consumidor, una propuesta de regulación a las autoridades europeas.
En este sentido, cabe recordar que las organizaciones que encabezan la iniciativa* ya se habían dirigido al ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, y de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para mostrar su preocupación en relación con el etiquetado engañoso en los productos plant-based que pretenden imitar a pescados y mariscos, con el fin de avanzar en el cumplimiento de la normativa que los regula sin que, por el momento, hayan obtenido respuesta del primero.
La decisión parte sobre la base de la base de la deficiente información al consumidor y la necesidad de una regulación del etiquetado de los alimentos veganos y vegetarianos.
Además, el sector busca trasladar su postura consensuada y amparada por el marco regulatorio actual, que consiste en la defensa de una información alimentaria hacia el consumidor veraz, completa y rigurosa, así como de unas prácticas comerciales leales entre sectores económicos.
Información al consumidor
Recordemos que la normativa comunitaria establece que el consumidor tiene el derecho a recibir información veraz y rigurosa sobre los alimentos en el etiquetado. En este sentido, el sector considera que el uso de determinadas denominaciones de fantasía (ejemplo ficticio, sabores oceánicos) o alusiones confusas a través de pictogramas que hacen referencia al mar cuando no se incluyen ingredientes de este origen, puede inducir a confusión al consumidor a la hora de realizar sus elecciones de compra.
De hecho, el informe independiente “Power of Plant Based Alternative Foods and Beverages 2023” elaborado por la consultora Nielsen, el único a nivel internacional que analiza el comportamiento del consumidor ante estos productos, señala que más de la mitad de los consumidores encuestados reconoce que tiene dificultades para diferenciar los productos procesados plant-based de la proteína animal en el lineal del supermercado.