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Así lo confirma el Informe Sectorial sobre frutas y hortalizas 2025 de Agrifood Comunicación y AgroBank, un análisis exhaustivo que radiografía el mercado, mundial y nacional, que pone en valor el papel de España como motor hortofrutícola europeo y señala los desafíos inmediatos
Agrifood Comunicación y AgroBank han presentado el Informe 2025 de frutas y hortalizas, que sitúa a España como referente hortofrutícola en la UE. Pese a una 2024 con DANA y sequía, el sector mantiene el pulso exportador y llega a finales de 2025 con precios firmes. Sobre esta base, su primacía productiva, el superávit exportador y la oferta de 12 meses -apoyada en invernaderos- sostienen la competitividad frente a la volatilidad climática y los costes.
El informe, que puede descargarse en el siguiente enlace: https://www.agrobankhub.es/actualidad/informes-sectoriales.html, analiza, para cada subsector, la dimensión estructural y la coyuntural del sector hortofrutícola español. En este sentido, el invernadero -tomate, pimiento, pepino, calabacín y berenjena- se consolida como columna vertebral de la oferta española. Entre septiembre y mayo de 2024/25 alcanzó una facturación récord de 4.262 M€ y un superávit comercial de 3.895 M€, con el ≈85% del volumen dirigido a la UE. La base productiva ronda las 60.000 hectáreas en 2024/25, lo que permite sostener calendarios de recolección amplios y responder con agilidad a picos de demanda.
Más allá de este tipo de producción, la hortaliza al aire libre mantiene un saldo exterior de 2.367 M€ en el mismo periodo, con 2.937 M€ en exportaciones frente a 570 M€ en importaciones. La diversificación geográfica y el ajuste de calendarios han estabilizado los volúmenes pese a cosechas más cortas, asegurando continuidad en lineales y contratos.
Comercio exterior y subsectores
En los cítricos, la campaña 2024/25 se sitúa en torno a 5,95 Mt, con Comunitat Valenciana, Andalucía y Murcia como ejes y un arranque dinámico en exportaciones, acompañado de precios por encima de la media reciente. Los frutos rojos consolidan su papel con cerca de 378.000 t y 1.873 M€ en ventas exteriores, gracias a la aportación combinada de fresas, arándanos y frambuesas y a una balanza muy positiva. En melón y sandía, el sector cerró 2024 con un superávit cercano a 740 M€; en 2025, la sandía muestra presión bajista a partir de septiembre tras un verano de oferta contenida. La uva de mesa prevé alrededor de 320.000 t en 2025, con fuerte tracción de las variedades apirenas, mientras que el Plátano de Canarias (IGP) se sitúa en torno a 425.000 t en 2024, con >8.600 ha y un claro enfoque en el mercado nacional.
En precios y rentabilidad, 2025 está marcado por cotizaciones firmes. El tomate supera los niveles de 2024 y la media quinquenal, con picos cercanos a 120 €/100 kg en julio; el melocotón mantiene firmeza en la semana 34, tanto en España como en la UE; y la patata cierra 2024/25 en 54,64 €/100 kg (+21% interanual). Este comportamiento ha funcionado como colchón frente a mayores costes de cultivo, energía y logística, sosteniendo márgenes en un entorno exigente.
Mirando al tramo final de 2025 e inicios de 2026, el mercado apunta a una oferta más equilibrada en hortalizas de ciclo otoño-invierno y a una demanda estable en la UE, con oportunidades en segmentos de alto valor (calibres, categorías premium, sostenibilidad y residuo cero). La creciente selectividad comercial premiará la calidad, la regularidad de suministro y la diferenciación varietal.
En paralelo, el sector afronta retos como la volatilidad climática -sequías y episodios de lluvias intensas- y la necesidad de gestión hídrica avanzada; la competencia extracomunitaria y las tensiones logísticas; y unos costes de producción elevados en un marco de mayor regulación. Ganar valor en origen exige mejorar presentaciones, envasado y categorías comerciales, así como planificar mejor las ventanas de mercado. Como palancas para el crecimiento, destacan el liderazgo en invernadero y su tecnificación (clima, riego, control biológico, energía), la diversificación de destinos y el desarrollo de marcas y certificaciones, la mejora varietal en berries, tomate y uva de mesa, y el uso de datos y forecasting para sincronizar oferta y demanda y reducir mermas.